Hace tiempo que se sabe que los partos traumáticos desencadenan problemas de salud mental a largo plazo. Desde depresión posparto hasta ansiedad por la imagen corporal pasando por estrés postraumático, los posibles problemas causados o exacerbados por un parto difícil han sido bien documentados … pero sólo en mujeres.
Mientras que el trauma físico del nacimiento es sólo de la mujer, hay un sólido cuerpo de evidencia que sugiere que muchos padres necesitan ayuda psicológica profesional para superar la experiencia en el paritorio. Pero los recursos no están ahí.
En una jornada dedicada a la salud mental en la etapa perinatal celebrada en el Reino Unido, uno de los temas suscitados fué la necesidad de mayor apoyo a los padres varones para hacer frente a las secuelas de los partos traumáticos. Jason Duncan, un bombero de 26 años, está acostumbrado a hacer frente a situaciones estresantes en su día a día. Sin embargo, después del traumático nacimiento de su hija, su vida -privada y profesional- ha sufrido. Duncan ha sido diagnosticado con síndrome de estrés postraumático. «Las consecuencias de este acontecimiento me ha creado problemas en casi todas las áreas de mi vida» -afirma Jason Duncan.
«Hace dos años, presencié como mi pareja sufrió una gran pérdida de sangre en la sala de operaciones. Los profesionales médicos estaban muy ocupados haciendo todo lo posible por salvar a mi novia y al bebé, pero a mí me dejaron solo en una habitación durante una hora, sin ninguna información, noticia ni acceso a mi familia. Así que, obviamente, imaginé lo peor, y me dejaron solo con esos sentimientos de dolor e impotencia durante lo que me parecio una eternidad, agravado por el hecho de que no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. Ni siquiera sabía si el bebé iba a estar bien» contó Duncan.
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